La
obra está compuesta por tres cuadros de iguales
dimensiones pero la presentación de la obra es
irregular. Nos puede recordar a los aros olímpicos, es
decir, a la unión entre los continentes, pero aquí no
son aros cerrados, son líneas curvas abiertas que si
bien se unen podrían formar un círculo. No es así. La
fuerza del cuadro reside en su capacidad de unir pero
no conectar de forma completa.
La intolerancia impide la unión perfecta.